En épocas frías, comenzamos a convivir con el monóxido de carbono, resultante de la combustión deficiente de una fuente energética como puede ser el gas natural. Es una sustancia que carece de olor, color y sabor, y es altamente tóxica. Cuando la cantidad de oxígeno es insuficiente, la combustión es incompleta y se produce monóxido de carbono. El monóxido de carbono ingresa al cuerpo a través de la respiración y puede provocar dolor de cabeza, náuseas, vómitos, desmayos e incluso la muerte.
Ante esto, la distribuidora Gasnor lanzó su campaña de prevención. Aconsejó revistar la instalación de los artefactos que tenemos en nuestros hogares y tener en cuenta algunos signos de alarma.
Si bien este gas es imperceptible, hay indicios que señalan la presencia de monóxido de carbono en el ambiente:
-Coloración amarilla o anaranjada de la llama, en lugar de color azul.
-Aparición de manchas o tiznado en las paredes; decoloración de los artefactos, de sus conductos de evacuación de gases o alrededor de ellos.
Cómo afecta al organismo
El monóxido ingresa en nuestro organismo a través de los pulmones, cuando respiramos en una atmósfera contaminada y se une a nuestra hemoglobina 250 veces más rápido que el oxígeno. Una ingestión de gases de monóxido de carbono no sólo impide que el cuerpo utilice correctamente el oxígeno, sino también, causa daño en el sistema nervioso central.
Las personas que tienen problemas de salud tales como enfermedades cardiacas o pulmonares son especialmente vulnerables, al igual que los bebés, los niños, las mujeres embarazadas y las personas de edad avanzada. Los síntomas leves más comunes son mareos, náuseas, cefaleas, cansancio y tendencia al sueño. Los moderados son confusión, respiración agitada, visión borrosa o taquicardia y los más severos pueden presentarse en forma de pérdida de conciencia, convulsiones, infartos e incluso la muerte.
Recomendaciones
En las instalaciones:
-Revisar periódicamente el estado de las instalaciones internas de gas del hogar por medio de un gasista matriculado.
-No instalar calefones, estufas infrarrojas, catalíticas o de llama abierta, en baños, dormitorios o ambientes cerrados. Solo deben colocarse artefactos de tiro balanceado.
-Todas las instalaciones de gas, la colocación de artefactos y su reparación deben ser efectuadas por gasistas matriculados.
-No obstruir las rejillas de ventilación e ingreso de aire.
-Verificar el buen funcionamiento de los tirajes o conductos de ventilación, de modo que no estén obstruidos, estrangulados, fisurados desconectados o abollados.
-No realizar combinaciones ni conexiones de conductos de ventilación de dos artefactos diferentes (calefones y campanas extractoras). Cada conducto de ventilación debe ser individual.
Durante el uso
-Controlar que la llama del quemador de los artefactos (ponga especial énfasis en el calefón) sea de color azul y de geometría uniforme, si fuese amarilla significa que está produciendo -Monóxido de Carbono. En este caso, apagar el artefacto y hacer revisar el quemador por un gasista matriculado.
-No utilizar artefactos de calefacción para secar prendas.
-No usar hornos para calefaccionar los ambientes.
-Verificar el cierre correcto de las canillas de agua caliente, especialmente durante la noche, para evitar el funcionamiento continuo de calefones.
-Utilizar artefactos aprobados por el Enargas.
-Evitar la sobreocupación de ambientes con artefactos de calefacción.
-En caso de que alguna persona esté bajo los efectos del monóxido de carbono deberá ser rápidamente retirada del lugar para que aspire aire fresco y deberá ser atendida por un médico.
-Periódicamente ventilar los ambientes.
Para más información sobre recomendaciones para la prevención de accidentes con monóxido, ingrese a www.gasnor.com.ar